jueves, 3 de septiembre de 2009

PUERTO SAN CARLOS, MEXICO, AFP.- El huracán Jimena, con vientos de 145 km/h y grado de peligrosidad "fuerte", tocó tierra ayer en la península de Baja California Sur, en el Pacífico mexicano, donde provocó daños en viviendas, caída de árboles y postes e inundaciones.
"La mayor parte del cuerpo del huracán ya está en tierra" a la altura de Puerto San Carlos, en la porción centro-sur de la extensa península de Baja California, dijo a la AFP vía telefónica Mónica Jiménez, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

Jimena tocó tierra como huracán categoría 2 en la escala Saffir-Simpson (de 5) y poco después se degradó a categoría 1 con aún poderosos vientos sostenidos de 145 km/h, según el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, con sede en Miami.


De acuerdo con el último boletín del SMN de las 17H00 locales (22H00 GMT), el centro de Jimena se encontraba "sobre la sierra de Baja California, a 75 km al suroeste de Mulege y a 105 km al suroeste de Santa Rosalía" y mantenía su desplazamiento hacia el norte a 20 km/h.


El SMN señaló de su parte que el centro del huracán "es lo menos relevante" ya que el semicírculo nororiental, donde está concentrada la mayor parte del poderío del fenómeno, "está en tierra sobre la península, afectándola con toda su fuerza".

El gobierno federal declaró el martes la emergencia en los municipios de Los Cabos, La Paz (capital estatal) y Comondú, donde se ubica Puerto San Carlos, y la extendió más tarde a los cinco distritos del estado para activar los mecanismos de "ayuda inmediata" a los habitantes que resulten damnificados.
El pronóstico sigue siendo que el grueso del huracán seguirá bordeando la costa de Baja California, dominada por un conjunto de islas escasamente habitadas y que ya se encontraban en alerta, antes de internarse definitivamente en tierra en las inmediaciones de San José de Gracia, con poco más de 150 habitantes y localizada a unos kilómetros de la costa del Pacífico.

Destrucción

El Puerto San Carlos fue azotado por intensas lluvias y vientos desde la noche del martes, lo que dejó decenas de casas destruidas, calles inundadas, cortes de luz, teléfono y agua potable, y árboles, postes y cartelones caídos, constató un equipo de la AFP.

*Esta localidad, de poco más de 4,000 habitantes, lucía desierta el mediodía del miércoles, con la mayor parte de sus pobladores refugiados en dos escuelas habilitadas como refugios, aunque algunos empezaban a salir, aprovechando la relativa calma que da el ojo del huracán, para observar los daños en sus casas.

Entre los daños que se contabilizados hasta el momento están el hundimiento de cinco barcos camaroneros y atuneros, que se encontraban anclados en este puerto.

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