viernes, 4 de septiembre de 2009

El huracán Jimena entró a tierra el miércoles

LOS CABOS, BAJA CALIFORNIA SUR.- El huracán Jimena entró a tierra el miércoles en la Península de Baja California, donde arrancó tejados y derribó postes de electricidad, aunque también trajo la bendición de las lluvias a un estado afectado por la sequía.




El vórtice de la tormenta tocó tierra entre Puerto San Andresito y San Juanico, informó el Centro Nacional de Huracanes en Miami. Esa zona es escasamente poblada, aunque hay varias aldeas pesqueras.



Las ráfagas de viento y las lluvias torrenciales derribaron decenas de árboles y postes en Loreto, la ciudad-balneario más cercana a la zona donde Jimena tocó tierra, de acuerdo con Humberto Carmona, funcionario del ayuntamiento, quien estaba a cargo del centro de respuesta en casos de emergencias.



Unas 500 personas se encontraban en albergues en Loreto, que se ubica prácticamente en el costado contrario a aquél donde Jimena tocó tierra.



Los pintorescos balnearios de Los Cabos, en el extremo meridional de la península, no experimentaron mayores daños durante la noche, cuando el huracán se limitó a derribar carteles publicitarios, enlodar las calles y cortar la electricidad, ni tampoco se informó de víctimas.



Los vientos han amainado, respecto de los 240 kilómetros por hora (150 mph) observados el martes, que colocaron a Jimena en la categoría 4. El Centro de Huracanes informó que se espera que la tempestad se debilite más mientras pasa por la península, donde viven unos 3.5 millones de personas.



Al entrar a tierra, Jimena generaba vientos cercanos a los 140 kph (85 mph).



Los vientos causaron daños en algunas viviendas en Ciudad Constitución, dijo el gobernador de Baja California Sur, Narciso Agúndez, a la radio Cabo Mil.



En Los Cabos, Ariel Rivero, capitán de un barco pesquero que se crió en California y se mudó aquí hace 30 años, inspeccionó el embarcadero para comprobar que su embarcación estaba indemne.



''Realmente tuvimos suerte'', afirmó Rivero. ''Si hubiera impactado a Cabo de frente, este lugar habría sido un desastre'', dijo sobre los cientos de barcos, algunos de ellos de costo millonario, y los hoteles vecinos.



Los trabajadores retiraron las chapas de protección de algunos comercios que se preparaban a reabrir sus puertas, mientras otros barrían las ramas de los árboles, arena y desperdicios depositados en las calles por inundaciones menores.



Los propietarios y capitanes de los barcos pesqueros despejaban el agua acumulada por las intensas lluvias y revisaban las amarras y los mástiles.



Decenas de personas evacuadas del barrio pobre Los Cangrejos se refugiaron en una escuela a oscuras debido a un corte de electricidad durante la tormenta. Tratando de calmar a los bebés llorosos y sin alimentos, los evacuados aguardaron hasta la madrugada para ver el efecto del huracán en sus viviendas precarias de chapas de plástico, madera y papel embreado.



''En vez de darnos unos pocos costales de láminas (para los tejados) nos deberían dar materiales para construir casas de verdad: madera, o ladrillos'', dijo Paulino Hernández, un albañil desempleado que buscó refugio en la escuela. ``Todos los años es lo mismo''.



Las autoridades manifestaron preocupación sobre lo que pudiera pasar más adelante en tierra firme.



''Podría ser duro en Bahía Magdalena'', dijo el secretario de gobierno estatal Luis Armando Díaz, refiriéndose a una bahía escasamente poblada con algunos pueblos pesqueros.



Pero Díaz agregó que Jimena también podría aliviar la sequía. ``Si sigue así, y no hay mayor impacto, será más beneficioso que perjudicial'', opinó.



Las autoridades en el estado de Baja California Sur prepararon refugios para albergar a 29 mil personas

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